miércoles, 9 de abril de 2014

Un choque de desfibrilación cardíaca y vuelta a la vida

Los desfibriladores, a través de pequeñas descargas eléctricas,
recuperan el ritmo cardiaco salvando vidas.

¿Que es la desfibrilación ?
La desfibrilación es la aplicación de un choque eléctrico al corazón
con el objetivo de restablecer un ritmo cardíaco normal. Cuando se
produce una fibrilación, el ritmo cardíaco se ve alterado, debido a
que una de las cámaras del corazón abre múltiples vías de reentrada,
lo que convierte los impulsos en un verdadero caos y las contracciones
se vuelvan arrítmicas.
La desfibrilación es necesaria cuando se produce un fallo en el
sistema eléctrico del corazón, provocando que éste tiemble (fibrile)
de forma incontrolada y caótica, interrumpiendo el bombeo de sangre al
cerebro y al resto del organismo. Con una descarga eléctrica,
producida por un desfribilador el corazón puede recuperar el control y
hacer que una persona se salve.

Estadísticas
Cada año mueren unas 250.000 personas en Europa como consecuencia de
una parada cardiaca, es decir, aproximadamente cada dos minutos
fallece un ciudadano europeo. Sólo uno de cada diez sobrevive. Ante un
episodio de fibrilación ventricular solo hay diez minutos para
recuperar el ritmo, en caso contrario la persona fallece.

Ante una parada cardíaca, una persona tiene más del 75% de
posibilidades de sobrevivir si es reanimada con impulsos eléctricos y
maniobras de respiración cardiopulmonar (RCP) dentro de los primeros 3
minutos. Las posibilidades de sobrevivir descienden a menos del 1%
pasados los 10 minutos del episodio. Cuando se produce el desmayo el
temporizador vital empieza su cuenta atrás. El uso de un desfibrilador
es básico. Sin él, no hay posibilidades de reanimación.
Algunas estadísticas sugieren que de haber habido un desfibrilador, el
80% de estas muertes se podrían haber evitado.

La gran mayoría de las paradas cardiacas se presentan en el hogar,
concretamente de un 75/80%, frente a un 16% que ocurre en los espacios
públicos. La fibrilación ventricular (FV) es la principal causa de las
paradas cardiorespiratorias extrahospitalarias.

Desfibriladores externos semiautomaticos
Los desfibriladores externos automáticos (DEA) son la única
herramienta disponible para actuar en caso de emergencia. Un
desfibrilador puede restaurar el ritmo cardiaco normal a un paciente
en parada cardiorespiratoria. Por este motivo, es importante contar
con un equipo y estar preparados para su correcta utilización, y
lógicamente reaccionar con rapidez es fundamental.

El uso de un dispositivo automático es muy sencillo. Sólo se deben
seguir las indicaciones para colocar los parches y el desfibrilador
hace el resto. Por eso los especialistas médicos recomiendan que ante
la duda de estar frente a una parada cardiorespiratoria, la mejor
opción es utilizar el desfibrilador. Por lo que en la sociedad está
aumentando la necesidad de adquirir desfibriladores semiautomáticos
(DEAs) de acceso público.

Debemos acostumbrarnos a convivir con ellos, como lo hacemos con los
extintores, porque los dispositivos están especialmente diseñados para
su uso por personal no sanitario, así que no implican riesgo alguno ni
para el usuario ni para el paciente. Una población instruida en masaje
cardiaco y respiración asistida, puede ser de gran ayuda en estos
casos en los que, mientras llegan los profesionales de los servicios
de emergencias, ganar segundos es vital. Además, cada vez son más los
lugares públicos que disponen de desfibriladores automáticos. Están
aumentando el número de gimnasios, clubs deportivos e instalaciones
públicas y privadas que invierten en desfibriladores.

El funcionamiento los equipos portátiles de desfibrilación está dado
por los microprocesadores internos que analizan el ritmo cardiaco del
paciente a través de unos electrodos adhesivos. Luego el instrumental
avisa a la persona que está frente la emergencia, si es necesaria una
descarga eléctrica, así como del momento preciso. Cuando el
dispositivo emite una señal visible o audible, la persona que trata la
emergencia ejecuta la descarga y el desfibrilador administra una
corriente eléctrica al corazón a través de los electrodos adheridos al
tórax del paciente.

Un desfibrilador jamás dejará aplicar una descarga a un paciente cuyo
ritmo cardiaco no sea necesario tratar mediante esta terapia. Una
actuación rápida sobre la víctima, mediante la utilización de un
desfibrilador y a continuación una RCP, es el único camino para evitar
la muerte.
Los modelos portátiles actuales permiten a más personas responder
adecuadamente ante una emergencia que requiera desfibrilación.

Inés G. Guillo - Enfermería digital

No hay comentarios:

Publicar un comentario