Deberán contar con estos aparatos en un plazo de 12 meses desde la publicación del decreto en el Boletín Oficial del País Vasco. El año pasado 840 personas sufrieron una parada fuera de los centros sanitarios.
El consejo de Gobierno Vasco ha aprobado este martes un nuevo Decreto por el que se regula la instalación y uso de desfibriladores externos automáticos y semiautomáticos, y se establece la obligatoriedad de su instalación en determinados espacios de uso público externos al ámbito sanitario, como grandes establecimientos comerciales y centros educativos con aforo igual o superior a las 2.000 personas, y en espectáculos deportivos y recreativos con aforo superior a las 700 personas, entre otros.
En la rueda de prensa posterior a la reunión del consejo, el consejero de Salud, Jon Darpón, ha destacado que "disponer de desfibriladores mejora las expectativas de supervivencia de una persona ante una posible parada cardiorrespiratoria".
El titular de Salud ha explicado que esta nueva normativa "establece la posibilidad evidente de mejorar las expectativas de supervivencia de una persona ante una posible parada cardiorrespiratoria y la necesidad de disponer de desfibriladores automáticos y semiautomáticos en espacios donde coinciden un importante número de personas".
Aeropuertos y estaciones de autobuses
En concreto, el Decreto establece la instalación de desfibriladores en los grandes establecimientos comerciales, individuales y colectivos, aeropuertos y puertos comerciales, estaciones de autobuses o ferrocarril de poblaciones de más de 50.000 habitantes, y las estaciones de metro, tren o autobús con una afluencia media diaria igual o superior a 2.000 personas.
También se deberán instalar en los establecimientos públicos, instalaciones, espectáculos y actividades recreativas con aforo autorizado superior a 700 personas, y en los centros educativos con un aforo igual o superior a 2.000 personas.
Estos lugares deberán contar con estos aparatos en un plazo de 12 meses desde la publicación del decreto en el Boletín Oficial del País Vasco . Los desfibriladores podrán ser utilizados por personal no sanitario con el apoyo de los servicios de Emergencias de Osakidetza-Servicio Vasco de salud.
Darpón ha informado de que cada aparato tiene un coste de alrededor de 1.200 euros que no será sufragado por parte de la Administración sino que correrá a cargo del titular del espacio donde sea obligatorio su instalación.
Asimismo, ha insistido en que "el único tratamiento eficaz contra la fibrilación ventricular es la desfibrilación eléctrica precoz, por lo que es fundamental la disponibilidad de desfibriladores en determinados lugares en los que concurren un gran número de personas".