Los padres de la menor se bajaron del coche con ella en brazos, sin sentido y pidieron ayuda a una pareja de la Agrupación de Tráfico que auxiliaba a otro conductor

Los hechos ocurrieron sobre las 10:00 horas de ayer, en
el TF-5, a la altura de la salida de Guamasa, sentido Santa Cruz. Una
pareja de motoristas de la Guardia Civil de Tráfico se encontraba
prestando auxilio a un turismo donde viajaba tres jóvenes. El vehículo
tenía una de sus ruedas pinchadas y, mientras uno de los agentes ayudaba
a estos muchachos el otro pedía la presencia de un taxi a su Central
Operativa de Tráfico (COTA). En esos momentos un automóvil Renault Clio
paró detrás de las motos de los agentes. Una pareja descendió del mismo
con una niña de tres años en brazos, inconsciente y pidiendo ayuda entre
sollozos a los guardias civiles. Estos estaban muy nerviosos ya que la
pequeña no respiraba, había perdido el sentido y estaba completamente
amoratada.
Uno de los números de la Benemérita la cogió entre sus
brazos y al percatarse de que presentaba síntomas de asfixia y pérdida
de conciencia, la tomó por la cintura y la puso boca abajo al tiempo que
la presionaba por encima del estómago, en el diafragma, todo ello con
la finalidad de comprobar que no tenía objetos en la boca ni en la
nariz. Este guardia le propinó varios golpes. Su compañero entre tanto
alertaba al Centro Coordinador de Emergencias (Cecoes) y a COTA para que
enviasen una ambulancia del Servicio de Urgencias Canario (SUC). Al
mismo tiempo tuvo que dar fluidez al tráfico rodado dado que pronto
comenzó a funcionar el efecto mirón. Al minuto de recobrar la conciencia
y romper a llorar el médico de guardia en la sala de 112 se ponía en
contacto con los motoristas para comentarles los pasos a seguir. La
contestación del coordinador de guardia fue que la actuación había sido
la correcta y gracias a ellos la niña seguía viva. Poco después llegaba
la ambulancia y el personal sanitario se hacía cargo de la menor que fue
trasladada hasta el Hospital Universitario de Canarias (HUC) junto con
su madre. Apuntar que los jóvenes que estaban siendo auxiliados acabaron
por calmar y atender a estos padres que ayer creyeron que su hija se
moría.
Una vez que los médicos le dieron el alta a Yumara, los
progenitores más calmados llamaron al Destacamento de la Guardia Civil
de Tráfico de La Laguna para dar las gracias a los "ángeles de la
guardia".
26.02.2015
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