Solamente las comunidades autónomas de Andalucía, Canarias, Cataluña y País Vasco exigen que los establecimientos hoteleros cuenten con un desfibrilador externo automático (DEA) y parece que lo hacen por un buen motivo.
Incidentes como el vivido en Apartamentos Casablanca ponen de manifiesto la importancia de que estas instalaciones turísticas estén equipadas correctamente con desfibriladores semiautomáticos y tengan personal formado. “Hace dos años vivimos un incidente parecido en las escaleras de acceso a nuestro complejo. Aquella persona, por suerte, pudo salvar la vida, pero en aquel momento nos dimos cuenta de la falta que nos hacía un desfibrilador”, explica Hernández. Pese a que la ley no les obliga a disponer de este aparato, ellos han optado por disponer de él. Con sus menos de 300 apartamentos, ni siquiera entran en el rango de ‘recomendación’ que estipula la normativa española. Esta decisión, unida a la de formar a 15 de los 90 miembros de su personal, les valió para entrar en la lista de hoteles cardioprotegidos hace ya más de un año, una distinción que otorga la Sociedad Española de Medicina y Seguridad del Trabajo.
El director de Apartamentos Casablanca considera que la instalación de estos aparatos es “importantísima para salvar vidas”, aunque tiene la sensación de que no es una actuación frecuente dentro de la industria turística de la zona. El máximo responsable del complejo calificó como “héroes” a los empleados que salvaron a este turista británico. Tras agradecerles encarecidamente su labor, ha considerado que “yo creo que aún no son conscientes de lo que han hecho. Actuaron por instinto ante el peligro y hay que felicitarles porque han salvado una vida”.
7 de septiembre de 2016